miércoles, 27 de mayo de 2009

MADRE CELESTIAL


Autor: Cannon, Elaine Anderson

Los Santos de los Últimos Días deducen por fuentes autorizadas como las escritura y de la revelación moderna que hay una Madre Celestial así como hay un Padre Celestial.

La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días rechaza la idea que se encuentra en algunas religiones que los espíritus o almas de los seres humanos son creados ex nihilo (es decir de la nada, según san Agustín), si no que se acepta literalmente la vital enseñanza de las escrituras tal como está redactado por Pablo: “El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, que somos hijos de Dios”. Esta y otras escrituras subrayan nuestra relación de “linaje literal” con Dios no solo en lo espiritual y de un destino común de “linaje literal” con Cristo (Rom. 8:16-18, cf. Mal. 2:10).

Los Santos de los Últimos Días creen que todas las personas que vivieron en la tierra o que viven actualmente son en forma real descendientes espirituales de Dios el Padre Eterno (Núm. 16:22, Heb. 12:9). En esta perspectiva, la paternidad requiere de un padre asi como de una madre, ya sea para la creación de los espíritus en la vida pre-mortal o la creación física de nuestros tabernáculos en la tierra. Nuestra Madre Celestial comparte nuestra paternidad con el Padre Celestial. Este concepto lleva a los Santos de los Últimos Días a creer que Ella es como El, en gloria, perfección, compasión, sabiduría y santidad.

Elohim, el nombre-título de Dios, sugiere el plural de la palabra cananita “El” o del hebreo “Eloah”. Se utiliza en diversas combinaciones del hebreo para describir al más alto Dios. Es el majestuoso título de la mas alta deidad. Génesis 1:27 dice, “Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios los creó, *varon y hembra* los creó ” (énfasis añadido), el cual se puede leer en el sentido de que “Dios” es en plural.

Para los Santos de los Últimos Días, el concepto de la familia eterna es más que una firme convicción, sino que regula su forma de vida. Es el plan eterno de la vida, desde nuestra vida premortal a través de esta vida y más allá de esta mortalidad.

Ya en 1839 el profeta José Smith enseñó el concepto de una madre eterna, como se encuentra en varios registros de ese período. De esa enseñanza salió el himno que los Santos de los Últimos Días aprenden, cantan, aprecian, y comparten, “Oh mi Padre”, por Eliza R. Snow. El Presidente Wilford Woodruff llamó a este himno “una revelación” (Woodruff, p. 62). “¿Hay en los cielos Padres solos? Clara la verdad esta, la verdad eterna muestra madre hay también ahí. Cuando deje esta vida y deseche lo mortal Padre, Madre quiero veros en la corte celestial”[Himno no. 187] ingles 292]

En 1909 la Primera Presidencia, bajo la direccion de Joseph F. Smith, emitió una declaración sobre el origen del hombre que enseña que “el hombre, como espíritu, fue engendrado y nació de padres celestiales y fue criado hasta la madurez en las eternas mansiones del Padre” asi como “hijos de padres celestiales”, y asimismo se enseño que “todos los hombres y mujeres son similares a nuestros Padre y Madre universal y que somos literalmente hijos e hijas de la Deidad “(Smith, págs. 199-205).

La creencia de que hay una Madre en el cielo que comparte con Dios la creación y la procreación no es la misma que con gran énfasis se menciona en la mariología de la tradición romana.

Hoy en día, la creencia de una Madre en los Cielos está implícita en el pensamiento de los Santos de los Últimos Días. Aunque las Escrituras solo lo sugieren, las declaraciones de los presidentes de la iglesia en los últimos años indican que los seres humanos tienen una Madre Celestial, así como un Padre Celestial.


FUENTE: CUMORAH