ay un hada caramelo
que con su bonito sombrero,
es todo de azúcar glaseada
y de nata montada.
Tiene un vestido de algodón
y zapatos de bombón.
Su varita es regaliz,
para ti y para mí.
Come muchas chucherías
durante la noche y durante el día.
Pero una noche le dio un dolor
y tuvo que ir al doctor.
¡Pobre hada Caramelo!
Tiene en su muela un gran agujero.
El dentista lo tapará
pero muy quieta tiene que estar.
¡Ya no le duele nada!
y está el hada encantada.
Pero le ha dicho el doctor
que se cuide, por favor.
Nada de tantos caramelos
poco a poco son más buenos.
El hada es obediente
¡ y ya no se le pican los dientes!
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